MARÍA MOÑITO Y EL GALLO GIRO
Maria Moñito y El Gallo Giro (2019)
Cuento infantil
Luis Julio Carvajal.
Barranquilla-Colombia
Maria moñito y
el Gallo giro van a carnavalear. En el parque de las nieves se quedaron a
encontrar, un bicicoche mandan a estacionar, porque van donde el timbalero a
disfrutar. En el camino con una cumbiambera se llegan a topar, el Gallo al
verla sus plumas comienza a esponjar, su pico a acomodar, y de su cresta
alardear, le pide al bicicoche estacionar, para con la cumbiambera poder
hablar, parlar, mientras que Maria
Moñito a desesperar, tanto que el Gallo comienza a exclamar:
-Deja de azorar.
Maria Moñito toma a la cumbiambera de
las polleras, al bicicoche la termina por trepar y le ordena al ciclista a
avanzar. Al llegar al timbalero, este los recibe con espuma de afeitar; al
mismo tiempo que todos los vecinos, que les arrojan maicena sin descansar; el barrio
las nieves se quema de tanto al carnaval disfrutar, ni aunque nevara el goce se
podría descuadrar, y todos al ver que el Gallo Giro se pone a bailar, comienzan
a cantar de una forma muy espectacular:
El Gallo Giro
ya viene
El Gallo Giro
al carnaval.
(Bis)
Todo es colorido como para de alegría
llorar, el sonido de los timbales mas haya de la treinta termina por acabar;
atrayendo ni más ni menos que a Joselito, el que más sabe carnavalear. Maria
Moñito al verlo queda cautivada por su forma de parrandear, quedando atrapada;
como los peces cuando una atarraya es arrojada a la mar. Se arregla los
moños, pinta sus labios que están listos
para besar, y se comienza a acercar a
Joselito Carnaval con un paso singular: con las manos en la cadera, con los cachetes
chupados y con ojos abiertos sin parpadear. Joselito al verla se espanta y
comienza a alejarse de ella sin dejar de bailar y en la comparsa del Gallo Giro
termina a dar; por el despelote del gentío Joselito aprovecha para dejarle
peluca a maria moñito, la cual grita sin
cesar:
-¡No te
vayas Carnaval!
Sola y apartada Maria Moñito no para
de llorar, como si la parranda se fuera a acabar. El Gallo Giro al darse cuenta
de la desolación de su amiga, la anima sacándola a bailar, le recuerda que la
vida es un carnaval, que no hay pena que no podamos superar, que la vida con
alegría y amigos hay que sobrellevar. Cae la noche llegando así la última
invitada, la luna barranquillera, que
encuentra al ciclista bailando con su bicicoche, que cobró vida para las
fiestas gozar, pero cuidado a de tener, de tanto bailar las tuercas se le
pueden aflojar, la cumbiambera mueve tanto su pollera colorá´ que las flores
salen a volar, el timbalero toca sus timbales con tal alegría, que sin dudar
hace volver a José Carnaval, que al barrio las nieves pinta de blanco con
talco, el Gallo Giro mueve sus alas dirigiendo su comparsa, y ¿de María
Moñito?, se sabe que la luna es testigo de que no dejó de bailar hasta el
martes de carnaval.
Comentarios
Publicar un comentario